El tiempo nos acompañó porque el aire refrescaba el ambiente veraniego y no pasamos nada de calor, incluso algo de fresco para las damas (como es por otra parte habitual).
El entorno de Zahara de la Sierra nos reservó una escapada a la salida de la Garganta Verde que disfrutamos dos veces. Agua fría, muy fría que reactivo la circulación sanguínea.
La fundación de la actual Zahara se debe a la época musulmana de la que se conserva, además del típico entramado urbano andalusí, el castillo (s. XIII), recuperada Torre del Homenaje y los restos de la villa medieval con tramos de murallas. Su emplazamiento a lo largo de la ladera le da al caserío una fisonomía urbana peculiar. Los diferentes niveles obligan a las calles a escalonarse. En su coqueto casco urbano resaltan la Iglesia de Santa María de la Mesa, la Capilla de San Juan de Letrán, la Torre del Reloj y el Puente de los Palominos.
El Embalse Zahara-El Gastor ofrece además de maravillosas panorámicas.
![]() |
Garganta Verde |
El nombre de Garganta Verde le viene de la frondosa vegetación que tapiza sus elevadas y verticales paredes que en los puntos más agrestes llega a alcanzar una profundidad de 400 metros. El sendero que recorre la garganta verde tiene una dificultad media-alta y una longitud de 2'5 km (2 horas). Para poder visitar y acceder a la zona es imprescindible un permiso que se otorga en el Centro de Visitantes de Zahara de la Sierra o en el de El Bosque. En la profundidad de la garganta se puede observar la Cueva de la Ermita de origen cárstico.
Como no teníamos previsto expedición alguna los lugareños nos indicaron la vía para ir al final de la Garganta donde fluye el agua y forma pozas para bañarse entre encrespadas paredes cársticas, de cuyos laterales fluyen manantiales de agua, se puede oír el flujo del agua por dentro de las paredes y como sale el agua. Impresionante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.